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PROPOSITO

Con la elaboración de este blog pretendemos alcanzar una visión general de personajes representativos en la investigación como lo fue Ludwig von Bertalanffy, Edgar Morín y Jan Christiaan Smuts entre otros y la relación y aportes que estos tuvieron con la filosofía, teorías e investigaciones por las cuales hoy día nos orientamos. De la misma manera se podrá observar características de los paradigmas emergentes haciendo énfasis en sus principales teorías como lo son la teoría sistémica, teoría de la complejidad y el holismo en donde visualizáremos sus técnicas, valores, modelos y construcciones. Este trabajo propone dar nuevos elementos conceptuales para el desarrollo de la comprensión teórica de autores y paradigmas emergentes.

PRESENTACION PARADIGMAS EMERGENTES

EL ENFOQUE SISTÉMICO Y LA FAMILIA

RESUMEN El objetivo de este trabajo es analizar el sistema familiar desde el enfoque de la Teoría General de Sistemas. Se describen conceptos como sistema, subsistemas, homeostasis, retroalimentación, etc., aplicados al sistema familiar. También se revisan desde este mismo enfoque teórico las disfuncionalidades y estrategias de intervención más frecuentes. PALABRAS CLAVE Psicología y TGS, Familia, Subsistemas familiares, Intervención familiar. ABSTRACT The purpose of this article is to analyse and support the family from a systemic point of view. We review the more significant concepts of the Systemic Theory in family: system, family subsystems, balance, homeostasis and feedback. In this sense, family is understood as an open, proposition making, active and continuously transforming system. Also a review on dysfunctional patterns of intervention in relation to family is done, as well as a revision on intervention techniques in the Systemic Model. KEYWORDS Psycology, Systemic Theory Family System, family support. INTRODUCCIÓN Desde que Bertalanffy formuló en 1968 la Teoría General de Sistemas (TGS), ésta teoría ha sido ampliamente divulgada. Surgió con la finalidad de dar explicación a los principios sobre la organización de muchos fenómenos naturales y en la actualidad es aplicada al conocimiento de muchas otras realidades, tanto naturales como ecológicas, medioambientales, sociales, pedagógicas, psicológicas o tecnológicas, (Hernández, 1989, 1993 y 1997; Castillejo y Colom, 1987 Cusinato, 1992; Campanini y Luppi, 1996; Rodríguez Delgado, 1997), habiéndose convertido en el modelo predominante en los estudios de familia (Satir, Minuchín,1986; Selvini, Palazoli, Andolfi, 1993, Musitu et al., 1994, Rodrigo y Palacios, 1998, Gimeno,1999). Los trabajos iniciales surgen en terapia familiar y son las Escuelas de Palo Alto y Milán las que basan en él sus propuestas de intervención. Posteriormente, el modelo evoluciona contrastando sus resultados con la experiencia clínica y con la investigación empírica de laboratorio, al tiempo que incorpora elementos de otras Teorías psicológicas, como el constructivismo, la Gestalt, el Psicoanálisis, el modelo Cognitivo- Comportamental, la teoría de Aprendizaje Social o la Psicología del Desarrollo, dejando de manifiesto la flexibilidad y la capacidad integradora del modelo. La población de estudio en el modelo sistémico, no queda sólo reducida al estudio de pacientes y familias con problemas graves, sino que explica el comportamiento y la evolución de familias normativas y normalizadas, sirviendo de base a programas de formación y prevención (Millán Ventura, 1990; Rodrigo y Palacios, 1998, Gimeno, 1999). Los trabajos mencionados consideran a la familia un sistema, al que le son aplicables los principios propios de los Sistemas Generales, y también otras características relevantes, que facilitan su comprensión y que son específicas de los sistemas familiares. En la actualidad el enfoque sistémico ha permitido definir un nuevo paradigma en la ciencia, por lo que el propósito de nuestro trabajo estriba en exponer las principales aportaciones realizadas con dicho enfoque en los estudios de Psicología familiar, resaltando la relevancia y el significado que el modelo aporta al proceso de desarrollo familiar, a su evaluación y a la intervención familiar. MICROSISTEMA, MESOSISTEMA Y MACROSISTEMA El proceso de desarrollo del ser humano, al igual que ocurre en cualquier otro organismo vivo, se enmarca en una serie de sistemas relacionados unos con otros, que son distintos escenarios de interacción con el ambiente. Esta cuestión, esencial en la biología, ha sido tenida en cuenta por Bronfenbrenner (1987), quien la ha aplicado al sistema familiar, considerando que la familia es el sistema que define y configura en mayor medida el desarrollo de la persona desde su concepción. Dado que para este autor el entorno es algo que trasciende la situación inmediata y afecta directamente a la persona en desarrollo, adoptó la terminología de “modelo ecológico” que se concibe como una disposición seriada de estructuras concéntricas inclusivas, en la cual cada una de las estructuras se encuentra inmersa en la siguiente. Estas ideas no son análogas al modelo de familia como categoría sistemática en la biología, ni tampoco al concepto de población en la ciencia ecológica. No obstante, para el estudio de las relaciones familiares desde el campo de la psicología, el modelo ecológico aporta unas bases importantes que nos permiten ver distintas maneras con las que una persona se relaciona con el entorno. Teniendo en cuenta que el microsistema es concebido como el conjunto de interrelaciones que se producen dentro del entorno inmediato, según Bronfenbrenner, (1986), Rodrigo y Palacios, (1998) y Papalia y Olds, (1992), la familia es el microsistema más importante porque configura la vida de una persona durante muchos años. A partir de nuestra experiencia en formación de familias y de nuestra participación en programas de prevención (AVAF, 2003), resaltamos la relevancia que estos términos aportan a los estudios de la familia, como dimensiones básicas, tanto en la valoración del nivel de funcionalidad del sistema, como en la elaboración de pautas para el asesoramiento y el apoyo familiar. Las relaciones que se dan en el interior del microsistema a su vez reciben la influencia del exterior, aunque no se participe de manera directa y activamente en ellas; no obstante, delimitan lo que tiene lugar en el ambiente más próximo, esto es el exosistema. El mesosistema familiar, como conjunto de sistemas con los que la familia guarda relación y con los que mantiene intercambios directos, es una dimensión importante en los informes de valoración familiar. En cada etapa de ciclo familiar, suele haber unos sistemas de interacción más frecuentes, que todo informe de valoración debe considerar: la escuela, la pandilla, el club deportivo, el partido político o la asociación de vecinos, son algunos ejemplos. En cada caso, el mesosistema recibe la influencia de la familia, así las tensiones familiares se reflejan en el comportamiento del hijo en la escuela, al tiempo que la familia recibe la influencia de la escuela y del barrio en temas de relaciones sexuales, de prevención del sida, en la educación vial o la evitación del consumo de tabaco, por citar sólo algunos ejemplos. Por contrapartida la ausencia de integración en el entorno físico y sobre todo social puede ser frecuente en muchos casos de inmigración, interna o externa, y en casos de marginalidad, lo que supone un aislamiento que facilita la entropía y por tanto el deterioro del sistema, dejando a la familia, por ejemplo, sin información sobre recursos sociales reales o potenciales, y sin apoyos puntuales ante las dificultades leves que acaban por incrementar el estrés y los problemas familiares, como cuando una pareja no tiene con quien dejar a su hijo menor durante la jornada laboral. En otros casos, el mesosistema existente puede convertirse en una fuente de apoyo para la delincuencia o el deterioro personal, como en el caso de los adolescentes con absentismo escolar o adictos a sustancias, en cuyo mesosistema de referencia tienen máxima importancia pandillas de iguales con los mismos comportamientos problemáticos con quienes se refuerzan mutuamente. El macrosistema, entendido como el conjunto de valores culturales, ideologías, creencias y políticas, da forma a la organización de las instituciones sociales. En nuestro caso, la cultura predominante en el entorno familiar es también una dimensión a comparar con la cultura de origen de cada familia. En los casos en que la divergencia entre ambas sea alta, como en el caso de familias musulmanas que emigran a un país católico, las demandas de cambio que derivan del entorno constituyen una fuente de presión nada fácil de asimilar. El modelo sistémico nos permite pues observar cómo cada grupo familiar se inserta dentro de una red social más amplia, y desde ésta despliega su energía para alcanzar su propia autonomía, como un todo. Pero a la vez nos permite analizar cómo cada microsistema permite integrar la energía de los demás miembros del sistema, bien sean estos individuos, bien sean subsistemas. En nuestro caso, el microsistema de referencia es la familia, y la pareja y la constelación fraterna son los dos subsistemas de obligada referencia. DEFINICIÓN DE FAMILIA Y CONCEPTOS BÁSICOS SEGÚN LA TGS Desde la perspectiva que nos ocupa, y aunque se integre en un sistema más amplio, la familia se define como un sistema, es decir: “La familia es un conjunto organizado e interdependiente de personas en constante interacción, que se regula por unas reglas y por funciones dinámicas que existen entre sí y con el exterior”, (Minuchín, 1986, Andolfi, 1993; Musitu et al., 1994, Rodrigo y Palacios, 1998). A partir del enfoque sistémico los estudios de familia se basan, no tanto en los rasgos de personalidad de sus miembros, como características estables temporal y situacionalmente, sino más bien en el conocimiento de la familia, como un grupo con una identidad propia y como escenario en el que tienen lugar un amplio entramado de relaciones. Conjunto En tanto que conjunto, la familia es una totalidad, una Gestalt que aporta una realidad más allá de la suma de las individualidades, más allá de los miembros que componen la familia. Esta totalidad se construye mediante un sistema de valores y creencias compartidos, por las experiencias vividas a lo largo de la vida, y por los rituales y costumbres que se transmiten generacionalmente. Esta cultura familiar fraguada con el tiempo da una identidad al grupo, fortaleciendo el sentido de pertenencia de sus miembros, dando respuesta a sus necesidades de filiación y contribuyendo a la construcción de la propia identidad personal frente al medio, respondiendo a la propiedad de homeostasis o morfostasis de la TGS según Ochoa de Alda (1995) Estructurado Lo mismo que cualquier sistema, la familia lleva consigo una estructura, una organización de la vida cotidiana que incluye unas reglas de interacción y una jerarquización de las relaciones entre sus componentes; también incluye unas reglas que regulan las relaciones entre los familiares y las relaciones con el exterior y que indican quién pertenece y quién queda excluido del grupo familiar (Parson y Bales, 1955). Es importante el conocimiento de estas reglas, tanto explícitas como implícitas, que condicionan las propias relaciones familiares, para conocer y comprender a la familia y sentar las bases de cualquier tipo de intervención sobre ella, pues pueden incidir de forma significativa en cómo la familia hace frente a los problemas de cada uno de sus miembros y a su propia problemática como grupo. Las reglas suelen ser acordes con los valores y creencias de la familia y regulan también la detección de las necesidades de sus miembros, la comunicación y las conductas de dar y recibir ayuda, que son de suma importancia para conocer la funcionalidad del sistema. La estructura familiar supone que existe una o unas figuras que asumen el liderazgo, por tanto, ellas ejercen una mayor influencia en la elaboración y mantenimiento de las normas familiares, y también en las sanciones que pueden derivarse de su incumplimiento. El líder familiar ejerce también una mayor influencia en el modo de pensar, sentir y comportarse de los miembros de la familia. La estructura familiar es asimétrica y la funcionalidad del sistema requiere que así lo sea, siendo mayor la competencia en aquellas familias cuyo liderazgo recae en los adultos (Beavers y Hampson, 1990). La funcionalidad del sistema también es mayor cuando el liderazgo es democrático o existe una autoridad flexible (Minuchin, 1984), mientras las familias caóticas, en primer lugar, y las rígidamente autoritarias luego, generan modelos familiares con más carencias para el desarrollo y con menos satisfacción entre sus miembros. Personas Desde la perspectiva sistémica se ha olvidado a menudo al sujeto psicológico en aras de la relevancia concedida a la interacción. No obstante, la psicología familiar y la psicología del desarrollo han retomado su papel dentro de la familia como sujeto activo con capacidad de modificar el sistema y de cambiar las metas y los procedimientos internos, sin que el sujeto quede reducido a un mero producto de la globalidad. La principal crítica dirigida hacia el olvido del sujeto psicológico surge de la terapia familiar, al ver los sentimientos de culpa que se generan en la familia cuando se le asigna al sistema la responsabilidad de la patología de alguno de sus miembros: el paciente sintomático. La familia se resiste a asumir toda la responsabilidad de tener una hija anoréxica, una madre esquizofrénica o un padre con intentos de suicidio. Sin que la crítica suponga una vuelta a la causalidad unidireccional e individual, y conscientes de que no todos los miembros de la familia tienen el mismo poder para producir o generar el cambio, los estudios de enfoque sistémico reconsideran el papel del individuo. En esta línea se mueve el constructivismo, paradigma de gran relevancia en psicología y que integran también los psicólogos sistémicos que estudian la familia. Entre ellos es Kriz (1994) quien con más precisión resalta el papel activo del sujeto, pues lo considera activo en tres dimensiones: como procesador activo de la información, como estímulo con impacto en el resto del sistema y como sujeto capaz de desarrollar una comunicación autorreferente, es decir, capaz de entablar un diálogo interior. Propositivo Desde esta concepción más ecológica, se puede hablar de sistema evolutivo como otra característica del sistema familiar, que en la terminología empleada en psicología es análogo a “sistema propositivo”, es decir, orientado a la consecución de determinadas metas. Las metas del sistema familiar son en principio asignadas socialmente, y luego interiorizadas; y son básicamente la protección y educación de los hijos y su integración en la comunidad como miembros activos. Autoorganizado La familia plantea sus metas y los medios para lograrlas, de ahí que hablemos de un sistema autoorganizado. La familia es pues agente de su propio desarrollo, de sus propios cambios a través de estrategias, normas, recursos y procedimientos aportados por todos sus miembros, que van asimilando del mismo entorno en el que la familia se desenvuelve o bien de su particular historia familiar. Además la autoorganización se une a la capacidad de retroalimentación, es decir, de recabar información sobre el proceso de desarrollo familiar, sobre los niveles de logro de las metas y sobre la eficacia de las reglas y de las estrategias activadas a tal efecto. La retroalimentación posibilita una autoorganización más eficaz, aunque no siempre las familias dominan estas competencias, y al valorar su funcionalidad surgen distorsiones cognitivas en la valoración de resultados o de medios, y encontramos resistencia al cambio para reorganizar el sistema. Interacción Los miembros de la familia permanecen en contacto entre si a partir de una serie continua de intercambios que suponen una mutua influencia y no una mera causalidad lineal, sino bidireccional o circular, que tiende a mantenerse estable. Este rasgo de circularidad, unido a la idea de totalidad a la que anteriormente hemos aludido, es en nuestra opinión uno de los rasgos que ha servido de apoyo a las terapias e intervenciones de origen sistémico, contribuyendo a debilitar las terapias centradas en la causalidad lineal y en la persona. Por el contrario, las terapias sistémicas tratan de cambiar el sistema familiar, más que a los miembros designados como enfermos - pacientes sintomáticos- y a reestructurar las interacciones que implican a todos, adultos y niños, enfermos y sanos, dominantes y dominados, porque todos contribuyen a configurar el sistema. ESTABILIDAD Y CAMBIO. EL GRAN DESAFIO DEL DESARROLLO FAMILIAR En primer lugar, la familia se puede considerar como un sistema en constante transformación, lo que significa que es capaz de adaptarse a las exigencias del desarrollo individual de sus miembros y a las exigencias del entorno; esta adaptación asegura la continuidad y a la vez el crecimiento psicosocial de los miembros (Lila et al., 2000), si bien es un proceso que ocurre debido al equilibrio entre las dos fuerzas que prevalecen en todo sistema: por un lado la tendencia hacia la homeostasis o morfostasis, es decir la tendencia a mantener estable el sistema adaptándose a los cambios, y por otro, la capacidad de desarrollo y de cambio, o morfogénesis (Ochoa de Alda, 1995), entendida como transformación, propia de algunos organismos, como es el caso de nuestra especie. Las fuerzas que empujan al cambio provienen de los propios miembros de la familia, de los sistemas con los que la familia interactúa (mesosistema) y del propio macrosistema donde se enmarca la familia. No obstante, no podemos obviar dos aspectos básicos en esta concepción aplicada a la familia. Por una parte, que los cambios o transformaciones, por lo general, suelen comenzar produciéndose desde los elementos más externos del sistema, mostrando más resistencia al cambio a medida que nos acercamos al núcleo del mismo. Ello es debido a que los elementos más periféricos y recientes suelen ser más vulnerables e influenciables por otros sistemas, a la vez que manifiestan una mayor predisposición al cambio y por tanto a la intervención. Por el contrario, los elementos internos, que suelen coincidir con los primigenios del sistema, suelen estar más protegidos de las influencias externas y resultar así ser más estables, lo cual es lógico al suponer que son la base sobre la cual se constituye el sistema, según ha expresado Andolfi (1993). En consecuencia, existe la tendencia entre los elementos internos a considerar que sus normas y creencias sean las adecuadas, debido a que a ellos mismos les han servido. Esta característica podría explicar la facilidad con que los hijos se adaptan a las nuevas demandas sociales, mientras que los padres presentan una mayor dificultad para adaptarse o entender las mismas. Y por otro lado, al entender que el equilibrio u homeostasis de todo sistema está íntimamente relacionado con el medio donde el sistema se instaura e interactúa. Por esta razón podemos encontrar familias disfuncionales, o con grandes desequilibrios desde nuestra perspectiva de normalidad en función de la concepción que tenemos de nuestro propio sistema familiar, pero que en cambio han hecho de la disfuncionalidad una forma de equilibrio y de permanecer como sistema relativamente estable dentro del contexto donde están inmersas, en muchas ocasiones también disfuncional. Existen familias en las que imperan la violencia y los abusos pero que, a pesar del sufrimiento, mantienen durante décadas la misma estructura interna. Otro aspecto importante, según Andolfi (1993), es entender la familia como un “sistema activo”. Esta expresión no muestra analogía con el lenguaje propio de la TGS sino que probablemente corresponde a la terminología que este autor ha utilizado para no confundir estabilidad de un sistema con inmovilidad del mismo. SUBSISTEMAS FAMILIARES Aunque son muchos los subsistemas estructurales o funcionales que pueden darse dentro de la familia, como las diferentes familias nucleares que se diferencian en la familia extensa, en el sistema familiar nuclear, que es el referente predominante en nuestra cultura, encontramos dos subsistemas estructurales básicos y bien diferenciados: la constelación fraterna y la pareja, si bien aparecen altamente relacionados entre sí como se demuestra, no sólo a nivel científico, sino en la misma vida cotidiana. Cada uno de estos dos subsistemas tiene sus propias normas y relaciones que se definen en su interior, aunque, naturalmente, en algunos aspectos vitales de la convivencia reciben influencia mutua uno del otro, mucho más intensa cuando hablamos de la educación de los hijos. La interacción entre los hermanos está influenciada por las relaciones de éstos con los padres; mientras que las relaciones entre los progenitores muchas veces son mediadas por la interacción con los hijos, de acuerdo con Arranz (1989) y Arranz y Olabarrieta, (1998). Según Gimeno (1999), estos dos subsistemas de la familia nuclear son de tipo generacional, pero además sus integrantes se asemejan en intereses, motivaciones, tareas y roles, manteniendo unas reglas propias; todo esto facilita su cohesión, su sentido de pertenencia como subgrupo y su diferenciación del resto de la familia. Los subsistemas incrementan la funcionalidad de la familia, así es posible que en cada subsistema la comunicación se enriquezca y con ello se afianzan tanto la relación como las tareas que comparten. La fratría o constelación fraterna De acuerdo con Arranz (2000) y Arranz et al. (2001), las perspectivas que han tratado de explicar las diferencias entre los hermanos han centrado más la atención en las variables estructurales, entre las que se pueden citar el orden de nacimiento, la diferencia de edad y o el tamaño de la familia, porque condicionan el rol desempeñado en la familia y también el rol desempeñado en las posteriores familias de procreación (McGoldrik y Gerson, 1987), Sabemos que, además de ser hermano mayor o menor, hombre o mujer, cada uno de los hermanos nace en un momento específico del ciclo vital de la familia, y que también éste ha de influir en la determinación del comportamiento de sus padres hacia ellos y de las expectativas que respecto a él se generen. El orden de nacimiento en la fratría es importante, no sólo desde el punto de vista de la autoimagen del sujeto atendiendo al lugar que ocupa, sino además por las aspiraciones y expectativas sobre los hijos que se formulan los padres. Según esto, no es lo mismo ser primogénito a ser el último de los hijos, cuando son varios, o ser hijo único La fratría es, en la cultura occidental, un sistema que tiende a desaparecer, dado que el control de la natalidad hace que por ejemplo en Europa la media de hijos por familia se aproxime a uno, siendo España uno de los países con media más baja. La pareja Dentro de la diversidad de parejas existente, la relación de pareja se ha basado, a veces exclusivamente, en la relación sexual y en el deseo de procreación, aunque la sexualidad no se considere hoy el único vínculo que une a las parejas, ni la procreación su única meta. Es obvio que la pareja ha sufrido en las últimas décadas cambios sustanciales. Podemos decir que es hoy es subsistema más deseado y más frágil, al tiempo se han incrementado mucho las exigencias y expectativas respecto a la pareja. La pareja de procreación es la que da origen a la familia, y a partir de ella se organiza todo el sistema familiar, por eso podemos decir que su papel es decisivo, siendo el subsistema que aporta más recursos - materiales, madurez, cuidados, conocimientos, etc.- a la familia, recursos que se comparten con todos, pero que en especial se destinan a los menores. La pareja configura el proyecto de vida familiar, plantea las metas, distribuye los roles, formula las normas, es, en suma, el subsistema que tiene mayor poder en la familia. En consecuencia, no es de extrañar que la competencia familiar vaya asociada en primer lugar al hecho de que sea la pareja, o en su defecto la generación adulta, quien sustente la autoridad en la familia (Beavers y Hampson, 1992), al tiempo que, en mayor medida, dependen de la pareja el proceso educativo, la comunicación, la intimidad, la red de apoyo y el clima familiar que se logre mantener. Los vínculos entre la pareja son múltiples, y con manifestaciones propias de este subsistema. La sexualidad, la comunicación, el poder, los vínculos emocionales, las expectativas de los roles a desempeñar son algunas de las dimensiones relacionales que son básicas para analizar la pareja. Cada dimensión de la relación tiene sus propias reglas y sus propios límites. Las relaciones de pareja han cambiado notablemente en las últimas décadas, en sexualidad, en comunicación, en reparto de poder, como también han cambiado la edad para contraer matrimonio, los roles dentro y fuera del hogar, etc., por citar sólo algunos ejemplos (Gimeno, 1999). Hoy hablamos de parejas asociativas (Rusell, 1979), porque partimos de que la pareja construye un nosotros, un proyecto compartido, sin que para ello tengamos que renunciar al proyecto personal de cada cónyuge. La tarea de armonización no resulta siempre fácil y es creciente el número de parejas que se rompen, aunque los arquetipos sociales siguen creyendo en la pareja, pues se cree en la pareja aunque no tengamos la misma pareja para toda la vida. Según Cusinato, (1992), el sistema conyugal se considera como un binomio de ganancia/pérdida, es decir, en el que lo que para una de las personas es una ganancia lo debería ser también para la otra; y lo que un miembro pierde también supone una pérdida para el otro; por lo cual hay una relación mutuamente interdependiente, que obedece al principio de la reciprocidad. La reciprocidad es lo que define la armonía entre los miembros de una pareja, y facilita que haya un intercambio equitativo de comportamientos, pues normalmente se recibe en proporción a lo que da. Las parejas con un nivel de reciprocidad alto emplean tiempo en satisfacerse mutuamente; también dedican espacios a la comunicación, garantizan ese intercambio mutuo, aunque procurando enriquecerse y ampliando las posibilidades de transmitir experiencias agradables (Feliu y Güel, 1992). Es necesario, por lo tanto, cultivar la relación, cuidarla y mantenerla para alcanzar la estabilidad. El amor se considera una condición necesaria para constituir la pareja, y también para mantenerla unida, entendiendo el amor, como indica Sternberg (1999), como una mezcla de pasión, intimidad y compromiso, pero con unos componentes que tendrán que tener los mismos indicadores concretos para los dos cónyuges, que tendrán que ser en definitiva percibidos e interpretados de modo análogo. De poco sirve un ramo de flores o una noche de pasión si no son interpretados por ambos como indicadores de amor. INTERVENCIÓN FAMILIAR DESDE EL MODELO SISTÉMICO Hemos hecho alusión, en un apartado anterior, al hecho de que cualquier sistema complejo y autorregulado lleva consigo una jerarquización y unas normas que regulan sus relaciones, tanto las que se dan dentro de la familia nuclear, como las que se establecen con la familia extensa o con otras personas o sistemas. El reconocimiento de estas relaciones o interacciones es objetivo prioritario en la intervención familiar (Bateson, 1971). El tipo de relaciones establecidas incide de forma significativa en cómo la familia hace frente a las problemáticas de cada uno de sus miembros y de ella misma en su conjunto. Pero al mismo tiempo dichas reglas condicionan las intervenciones sobre la familia, lo que en cierta medida dificulta la morfogénesis, o lo que es lo mismo, la tendencia del sistema a cambiar, en especial en familias con estructuras más cerradas, más jerarquizadas y con reglas de funcionamiento rígidas e incuestionables, resistencia que puede manifestarse en el propio repliegue de la familia hacía si misma, rechazando toda intervención desde el exterior. Pero es obvio que antes de iniciar dicha intervención, hemos de conocer cuáles son los patrones de interacción disfuncionales, y entre los más significativos podemos mencionar, siguiendo a Fishman (1990), los siguientes: Cismogénesis Es el distanciamiento progresivo entre las interacciones de los miembros familiares. En ocasiones surge porque determinadas relaciones de simetría derivan en competitividad, otras veces como resultado de la toma de conciencia de uno de los miembros acerca de las grandes diferencias con el otro, lo que genera en el mismo un alto grado de insatisfacción. La falta de interés y desconocimiento de los otros unas veces, el descubrimiento de diferencias a las que se responde con intolerancia otras, y la existencia de todo tipo de emociones negativas, son las relaciones que alejan progresivamente a los miembros de la familia. Aunque conviene puntualizar que, sin llegar a la cismogénesis, el distanciamiento moderado no es disfuncional, sino todo lo contrario, pues constituye una opción en la que muchas familias, por su propia idiosincrasia o por la etapa evolutiva que atraviesan, se sienten cómodas, satisfechas y competentes. La Intrincación Este término hace referencia a las relaciones que se caracterizan por una excesiva proximidad entre sus miembros, llegándose a anular el yo de cada uno de los miembros, no respetándose ni la intimidad ni la autonomía de cada uno de ellos. Las relaciones de fusión son el ejemplo más significativo. Aunque tampoco la proximidad moderada es disfuncional, sino que es, como sucedía en el caso del distanciamiento moderado, una opción que prefieren muchas familias a lo largo de todo su ciclo vital o en algunas etapas del mismo (Olson, 1991; Beavers y Hampson, 1995). La rigidez. Hace referencia a aquellas relaciones, distribución de roles o normas establecidas, que son inamovibles y en ocasiones incuestionables, rechazando cualquier propuesta que suponga un cambio, principalmente inaceptable por quien de manera implícita o manifiesta ostenta la máxima autoridad en la familia. Teniendo en cuenta que por causas externas y/o internas todas las familias están sujetas al cambio, la rigidez suele ser un obstáculo claro para la funcionalidad familiar. Sobreprotección En este sentido podríamos hablar de un tipo de interacción que lleva a ahogar las demandas de autonomía de la persona protegida, generando sentimientos de baja competencia y desvalimiento, y en cierta medida una relación de dependencia mutua, tanto desde el que tiene la necesidad de sobreproteger como del que necesita ser protegido, ambos dependen altamente del otro para dar sentido a su vida. La relación puede así desembocar en la anulación de la persona protegida, o bien en la aparición de una crisis cuando la persona protegida busca un distanciamiento o busca otro protector. La negación Supone no reconocer o huir de las relaciones conflictivas, lo que en consecuencia lleva a no abordar la resolución de los conflictos existentes. Aunque se refieran a aspectos relevantes de la vida familiar, se ocultan ante los ojos ajenos y ante los propios, se niega vehementemente su existencia con engaño y autoengaño; otras veces se responde restándoles la importancia que merecen o buscando atribuciones externas, eludiendo con ello la responsabilidad de cada miembro, tanto en su génesis como en su resolución. La familia en estos casos gasta su energía en ocultar el conflicto más que en encontrar una solución satisfactoria. Aquí podemos incluir, por extensión, también a la negación de todo tipo de emociones negativas, desde rivalidades, celos o envidias, a relaciones violentas y a todo tipo de abusos, con demasiada frecuencia silenciados por la familia. Establecimiento de límites Un claro establecimiento de los límites en las relaciones intrafamiliares aleja al sistema de dos posibles problemas, por una parte evita la intrincación y por otro lado la desvinculación de alguno de los miembros. Representación Consiste en una puesta en escena de determinados guiones previamente estudiados por el asesor familiar, de cuya representación van a surgir los patrones disfuncionales instaurados en la familia, con el fin de hacerlos explícitos, cuestionarlos y rechazarlos como solución habitual. Desequilibrio Debe dotar de una mayor autoridad, aunque tan sólo sea provisional, a uno de los componentes de la unidad familiar, con el fin de hacer el sistema más estable y funcional para todos. Cuando los adultos han perdido poder a costa del que ganan los hijos menores o adolescentes, es necesario romper ese equilibrio. Reencuadre Es la aportación del experto familiar en el diagnóstico de la situación, ofreciendo una nueva visión de la realidad, de forma que se puedan ver o experimentar nuevos tipos de interacción más enriquecedores para cada uno de los miembros y para todo el sistema, ayudando así a una nueva reconstrucción personal del sistema. Cuando cada miembro de la familia tiene una idea diferente de lo que significa amor, o de lo que significa apoyo mutuo, es necesario conocer las percepciones de todos y hasta ofrecer una nueva percepción del amor y el apoyo existentes o deseados. Búsqueda de competencia Con esta técnica lo que se pretende es activar y generar recursos en los componentes de la familia, ya que el incremento de los recursos personales puede tener una proyección intrafamiliar y a su vez una mejora en la calidad global del sistema. El asesor familiar debe hacer visibles y poner en acción los recursos existentes y cuando hay carencia de los recursos necesarios debe estimular su adquisición. Variaciones de intensidad Es evidente que en muchas ocasiones las familias disfuncionales presentan una resistencia al cambio, para vencer dicha resistencia se incrementaría la intensidad de los mensajes emitidos por el asesor familiar. La variación de intensidad se asocia a técnicas de escenificación de comportamientos habituales unida a nuevas puestas en escena que hagan más visibles los elementos esenciales. La paradoja En esta técnica el terapeuta no trata de modificar abierta ni directamente el sistema, sino que lo apoya, respeta la lógica afectiva interna con que se desenvuelve, forzando a la familia a argumentar contra las demandas de su propia verdad. CONCLUSIONES El enfoque sistémico constituye un modelo explicativo, heurístico y de evaluación familiar, que también sirve para fundamentar la intervención familiar, cuya eficacia valida empíricamente el modelo teórico. Al considerar a la familia como un sistema, hemos de considerarla como un conjunto con una identidad propia y diferenciada del entorno, con su propia dinámica interna que autorregula su continuo proceso de cambio. La familia, aparece inmersa en la cultura, razón por la cual, la sintonía o divergencia de los valores familiares respecto a la cultura circundante es otro factor de apoyo o de riesgo familiar. Pero dado que el entorno es cambiante, vemos cómo los cambios sociales del entorno demandan que la familia cambie y que encuentre nuevas repuestas a los problemas planteados. Las relaciones con otros sistemas circundantes –mesosistema- facilita la comprensión del funcionamiento de la familia y permite conocer otras fuentes de recursos reales o potenciales. Otras características de los sistemas naturales y sociales tales como apertura, orientación a metas, homeostasis y autorregulación, son también relevantes en el modelo familiar, por lo que hemos tratado de exponer el significado preciso y contextualizado que estos términos tienen para el sistema familiar. Pertenecemos a la familia desde siempre y nuestra pertenencia real o simbólica se mantiene, casi podemos decir, durante toda la vida. La precocidad y duración de la experiencia, aunque no lo determinen, van a marcar nuestro proceso de desarrollo infantil, juvenil y adulto. No sabemos de ningún sistema cuya influencia en el desarrollo sea tan alta. Aunque los vínculos que están en la bases del sistema familiar son biológicos, sabemos que también hay vínculos legales y económicos, pero sobre todo hemos visto que las relaciones que surgen en el seno de la familia son multidimensionales. Entre sus miembros se teje una compleja red de intercambios de carácter circular que tiende a perpetuarse. Son intercambios complejos, verbales y no verbales, cargados de emociones, siendo la intensidad y pluralidad de emociones familiares una de las características específicas del sistema. Las emociones son explicitas e implícitas, constructivas y destructivas, conscientes e inconscientes, aceptables y reprobables, lo que incrementa la dificultad para conocer a la familia desde fuera y desde dentro, y dificulta el propósito científico de hacer previsiones razonables sobre su funcionamiento a medio y largo plazo. A pesar de la complejidad del sistema familiar, y precisamente por esa complejidad, la Teoría General de Sistemas nos ofrece un modelo útil para explicar tanto el funcionamiento de las familias normativas como el de las nuevas familias, ofreciendo además una estructura que nos permite integrar el conocimiento que aportan otros modelos teóricos, lo que ratifica su carácter interdisciplinar e integrador. BIBLIOGRAFÍA Alberdi, I. (1999). La Nueva Familia Española, Madrid, Taurus. Andolfi, M. (1993). Terapia Familiar. Un enfoque interaccional, Barcelona, Paidós. Arranz, E. (1989). Psicología de las Relaciones Fraternas, Barcelona, Herder. 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LA HOLÍSTICA Y SU ARTICULACIÓN CON LA GENERACIÓN DE TEORÍAS

RESUMEN Esta investigación tuvo como propósito dilucidar la fundamentación de la holística como nueva visión y abordaje de lo real y su articulación con la generación de teorías, basada en dos grandes categorías, la holología, que lleva a la búsqueda de un conocimiento intelectual y experimental representando la tendencia científica del abordaje holístico y, la holopraxis, que conduce a la vivencia directa de lo real, enmarcadas integralmente en un todo. Metodológicamente se adoptó una investigación documental y analítica, precisándose los métodos desde la perspectiva holística, lográndose interpretar la interdisciplinariedad en el enfoque coyuntural existencial del ser humano. A tal efecto, se consideró un modelo generador de teorías, concluyéndose que la investigación holística aborda la realidad a través de la complementariedad y la sinergia que se genera entre el conocimiento intelectual-experimental y la vivencia directa de lo real. PALABRAS CLAVE Generación de teorías, perspectiva holística, sinergia, holología, holopraxis. ABSTRACT This paper deals with the principles of holism, considered as a new way to cope with both theory generation and reality. It is based on two integrated categories namely, holology, which leads to cognitive and experiential knowledge, representing thus the scientific side of holism, and holistic practice, which results in direct experience of the real. The methods of analysis and literature review were followed and used within the holistic framework. Thus, interdiscipline could be understood in the sense of human existence. A theory generator model was then proposed to finally conclude that holistic research focuses on reality through complementarity and sinergy created by cognitiveexperiential knowledge and direct experience of the real. KEYWORDS Theory generation, holism, sinergy, holology, holistic practice INTRODUCCIÓN En el transcurso de la historia han surgidos enfoques aparentemente contradictorios en la manera de considerar el proceso investigativo. En la búsqueda de la verdad, del conocimiento de sí mismo y del mundo que lo rodea, el hombre ha recorrido distintos caminos, encontrando siempre una nueva razón para revisar lo escrito, lo aparentemente firme, lo absoluto, lo definitivo. En el fondo, lo que se expresa en las distintas lecturas del universo, es la eterna confrontación entre los paradigmas prevalentes y los insurgentes. El gran paradigma de occidente, “formulado por descartes e impuesto por los desarrollos de la historia europea a partir del siglo XVII” (Morín, 1992, pp. 226- 228) ha sido duramente cuestionado; por estar cimentado en la concepción positivista que condujo al reduccionismo científico y a una visión parcializada de los eventos, ha producido siempre una visión fragmentada del conocimiento lo que ha llevado al ser humano a una crisis planetaria en todos los órdenes de sus existencia, pues sólo se ha interesado por las soluciones inmediatas, sin evaluar la trascendencia de los hechos y sus implicaciones futuras. Surgen entonces la holística y la investigación desde una perspectiva holística, con una visión integradora la cual considera o interpreta que los diversos enfoques son complementarios y que los diferentes modelos epistémicos son considerados maneras complementarias de percibir la misma realidad. Por otra parte, se puede apreciar que el proceso investigativo contiene ambos aspectos (cualitativo y cuantitativo), pues se trata de formas complementarias de codificar y procesar la información, las cuales permiten acceder a diferentes aspectos o manifestaciones de un mismo evento. OBJETIVOS La presente investigación se planteó como objetivo establecer la fundamentación de la holística como nueva visión y abordaje de lo real y su articulación con la generación de teorías, para lo cual se consideró y formuló un modelo generador de teorías. Desde el punto de vista metodológico, se adoptó una investigación de tipo documental y analítica que condujo a identificar y analizar los métodos desde la perspectiva holística, además de reconocer y clasificar la vivencia de lo real. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA El holismo es una doctrina filosófica contemporánea que tiene su origen en los planteamientos del filósofo sudafricano Smuts (1926), precursor de este enfoque en su libro Holismo y evolución. Etimológicamente el holismo representa “la práctica del todo” o “de la integralidad”, su raíz holos, procede del griego y significa “todo”, “íntegro”, “entero”, “completo”, y el sufijo ismo se emplea para designar una doctrina o práctica. Por esta razón la holística es definida como un fenómeno psicológico y social, enraizado en la distintas disciplinas humanas y orientada hacia la búsqueda de una cosmovisión basada en preceptos comunes al género humano. En este orden de ideas, la holística permite entender los eventos desde el punto de vista de las múltiples interacciones que lo caracterizan y tal como se producen en el contexto real, lo cual lleva a una actitud integradora, como también a una teoría explicativa que se orienta hacia una comprensión multicausal de los procesos, de los protagonistas y de sus contextos. Es por ello, que la holística se refiere a la manera de ver las cosas enteras, en su totalidad, en su conjunto, en su complejidad, pues de esta forma se pueden apreciar interacciones, particularidades y procesos que por lo regular no logran percibirse al estudiarse por separado. Se constituye así, como una opción metodológica y epistemológica según la cual el organismo debe ser estudiado no sólo como la suma de las partes sino como una totalidad organizada, de modo que es el todo lo que per mite distinguir y comprender sus partes, y no al contrario, pues se asume que las partes por sí mismas no tienen entidad ni significado alguno al margen del todo, por lo que difícilmente se puede aceptar que el todo sea solo la suma de tales partes, asumiéndose entonces, que el todo es algo más que la suma de las partes. Es decir, desde esta perspectiva se aprecia el espacio sin ningún tipo de frontera generadora de dualidad y creadora de conflictos a pesar de reconocer la existencia del plano relativo. Para los efectos de esta visión no representa una barrera para abordar la realidad en su continuidad con sus interacciones y sinergias constantes y paradójicas. ABORDAJE HOLÍSTICO DE LO REAL Según Pierre Weil (1997) el abordaje representa el conjunto de métodos que permiten al hombre la comprensión desde la perspectiva holística, apartándose de cualquier tipo de reduccionismo científico y metodológico y busca la epistemología de la complementariedad asociante que, de manera integrada, supere cualquier disociación teórica o práctica y prevalezca sobre los valores vigentes en la sociedad actual, los cuales según Lambruschini (2008) están caracterizados por: • El nihilismo, que es la falta de metas. Surge con las teorías de Nietzche, quien realizó fuertes críticas a la filosofía, la religión cristiana y a la moral que hasta entonces habían sido planteadas. • La permisividad, representada por la postura en la cual se permiten cosas para llegar al objetivo deseado sin realizar planteos ni cuestionamientos hacia los medios utilizados. • El materialismo, entendido como la valoración del tener y no del ser. • Cuando el hombre se vuelve materialista, comienza el individualismo. El hombre no forma comunidades, se aísla de la sociedad, no hay compromiso y preocupación por los problemas que surgen en su lugar de pertenencia. Estos factores influyen también, sin dudad alguna, en la comunidad científica y del saber y, por tanto, a la generación del conocimiento. El abordaje holístico es un camino de obtención de conocimiento para clasificación y aumento de la conciencia sobre la verdad de la esencia o la naturaleza del ser humano y su entorno. En lo que se refiere al ser humano, estudia con una visión global la interdependiente interacción de sus manifestaciones espiritual, psíquica, orgánica, social y energética tanto internamente como con sus semejantes y la naturaleza de la cual forma parte para mantener el equilibrio armónico funcional. Estos métodos están agrupados en dos grandes categorías: 1 Aquellos métodos que buscan un conocimiento holístico, por caminos intelectuales y/o experimentales, estudio de textos referentes a la tradición que permiten clasificar y reconocer la vivencia de lo real. A esta categoría se le llama holología, e implica interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, constituyendo la tendencia científica de este abordaje. Luego, este planteamiento está íntimamente vinculado a la aproximación interdisciplinaria de la realidad, la generación de teorías desde la perspectiva holística implica también una postura frente al saber y la verdad científica opuesta al determinismo propio de los estancos científicos fragmentados. Para González y Rueda (1998, p. 16) “la propuesta interdisciplinaria convoca diversas disciplinas alrededor de un objeto en una relación simétrica, dinámica e interactiva, propiciando un diálogo que permite la construcción de la unidad a partir de la pluralidad de las voces provenientes de los diversos campos”. 2. Aquellos métodos que implican una vivencia o experiencia holística directa por los caminos tradicionales, entre estos destacan las experiencias místicas orientales (yoga, hinduismo, budismo, etc.) y algunos occidentales como la experiencia de la psicología transpersonal. A esta categoría se le denomina holopraxis, que proviene del vocablo griego holos, que significa totalidad, globalidad, y praxis, que significa acción, práctica, procedimiento. Es decir, constituye la práctica global de la investigación en sus múltiples dimensiones y comprende la totalidad del proceso, desde su génesis hasta su culminación. Representan la tendencia tradicional y experiencial de este abordaje. EL PROCESO DE GENERACIÓN DE TEORÍA Y CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO Albert Einstein en algún momento de su vida expresó, que el hacer ciencia se fundamentaba en crear teorías, esta premisa, lleva a considerar necesario que todo proceso de investigación indague, construyendo explicaciones de orden teórico conceptual respecto al objeto de estudio que se aborda, o sea que la búsqueda del conocimiento por parte del individuo, estará estrechamente relacionada con la generación de las teorías correspondientes. Ahora bien, el proceso de construcción de teorías pertinentes a una determinada realidad lleva al investigador a afrontar algunos problemas al momento de abordar el objeto de estudio para efectos de análisis y comprensión, lo que en cierta medida dificulta el logro de un alto grado de aprehensión, que garantice un nivel de representación mental lo más próximo posible al contexto estudiado. Entre los problemas potenciales para la generación de teorías y, por extensión, para la construcción del conocimiento, destacan los que están determinados por el nivel de correspondencia que es necesario establecer entre el plano material que se encuentra en el mundo de los hechos y el plano de las ideas ubicado a nivel mental en el individuo, que actúa como sujeto investigador de una realidad histórico-concreta. Es decir, la relación que se presenta entre el proceso de observación de esa realidad y la representación mental del fenómeno objeto de estudio que subyace en este contexto y que el individuo intenta abordar para fines de análisis, comprensión y explicación. La generación de la respectiva teoría y su incidencia en la producción del referido conocimiento, se hará sobre un objeto que se encuentra generalmente en una realidad histórico-concreta determinada. Antes de asumir cualquier postulado acerca de las características o el comportamiento de un objeto, es necesario analizarlo minuciosamente y establecer su relación con el conocimiento que va a ser producido precisamente en ese contexto. Todo lo expresado, conlleva el surgimiento de una transcendencia mutua entre el objeto y el sujeto, donde cada uno de ellos se introduce en los espacios correspondientes al otro. Esto implica la interconexión entre ambos espacios, pues la percepción del objeto implica generalmente la existencia de una base de información, sustentada en datos, que es internalizada por el sujeto, quien es capaz de reflexionar acerca de la misma, organizarla mentalmente, logrando un alto nivel de correspondencia entre la percepción que se logra del mundo de los hechos, y la representación que se haga de la misma en el mundo de las ideas. Todo esto será complementado con el significado que el sujeto le asigne a la información recibida, lo que permite su reinterpretación y transformación. Ello traduce un proceso sistemático, progresivo que implica la observación, percepción, abstracción, organización mental, conferir significados, y reinterpretación de una situación manejada como información y que sujeta a transformaciones secuenciales, constituye el insumo principal para generar teorías y producir conocimientos. Con respecto a la forma en que se pasa de la observación a la construcción teórica, diversos pensadores como James, Bergson, Dervey, Husserl y Whitehead citados por Mardones (1995), coinciden en afirmar que todo conocimiento del mundo, tanto en el pensamiento de sentido común como en la ciencia, supone construcciones mentales, síntesis, generalizaciones, formalizaciones e idealizaciones específicas del nivel respectivo de organización del pensamiento. Lo que lleva a considerar que el proceso de generación de teoría y construcción del conocimiento, requiere todo un mecanismo sistemático y organizado que permita lograr una representación mental lo más pertinente posible con la realidad. Los planteamientos esbozados, conducen a precisar la construcción de teorías como un proceso esencialmente mental que estará determinado y, hasta cierto punto demarcado, por el tipo de conocimiento que se intenta producir, y para producir este conocimiento obviamente, se debe contar con una base de información que se encuentra dentro de todo individuo, o sea, que la capacidad de procesamiento de información por parte de cada ser humano constituye un insumo importante para generar teorías y, por ende, conocimiento. LOS DATOS Y LA GENERACIÓN DE TEORÍAS DESDE EL ABORDAJE HOLÍSTICO Los datos recolectados sin un criterio de investigación, es decir, sin categorías de análisis no apuntan a lograr conocimiento acerca de un objeto o un proceso. Sólo configuran una masa de información amplia y desordenada. Se requiere por tanto, la sistematización y categorización de estos datos para transformarlos en información y posteriormente en conocimiento, el cual en última instancia podría representar el estímulo para la generación de nuevas teorías. A través de la sistematización, se concreta la realidad teoría-práctica, la praxis, en el sentido de reflexionar haciendo y hacer reflexionando. La sistematización en la investigación es posible y necesaria, ya que, cuando los datos son formalizados y sistematizados, la teorización se convierte en investigación empírica o especulativa (Bruner, Goodnow y Austin, 1956 en Goetz y LeCompte, 1988). Entonces la teoría surge de la interacción con los datos aportados por el trabajo de indagación. En este contexto, el análisis de los datos es el proceso de interpretación, llevado a cabo con el propósito de descubrir conceptos y relaciones y de organizarlos en esquemas teóricos explicativos (Valles, 1997) Fundamentar los conceptos en los datos requiere considerar como ingrediente primordial la creatividad y el pensamiento crítico de los investigadores. Por ello, se recomienda estar abierto a múltiples posibilidades, explorar varias de ellas antes de optar por una, hacer uso de variados medios de expresión tales como el arte y las metáforas que estimulan el pensamiento, no usar maneras lineales de pensar, de modo de tener la posibilidad de volver atrás y dar vueltas alrededor de un tema y, a la vez, tener diferentes perspectivas, mantenerse fiel al proceso, no tomar atajos sino, más bien, poner toda la propia energía y esfuerzo en el trabajo y en el disfrute de la investigación (según Osses, Sánchez e Ibáñez, 2006). MUESTREO TEÓRICO Los entrevistados o hechos a observar en esta estrategia de investigación, son elegidos mediante el muestreo teórico. Esto significa que los individuos que serán entrevistados, o hechos a observar, son considerados como aquellos que, en forma suficiente, pueden contribuir al desarrollo de la teoría para lo cual se realiza el trabajo de indagación. El investigador comienza con la selección de varios casos que pueden compararse y contrastarse. Éstos se eligen por su posible relevancia para el campo teórico que se pretende estudiar. En las primeras fases de la recolección y análisis de datos, se seleccionan casos por sus semejanzas. Posteriormente, se eligen por sus diferencias. Glaser y Strauss (1967) recomiendan este proceso de minimización-maximización de las diferencias entre los casos seleccionados por su utilidad en la generación de teoría. Las semejanzas permiten la identificación de una categoría, el esbozo de sus atributos y la especificación de sus condiciones de aparición. Las diferencias entre los casos elegidos hacen posible la elaboración de los atributos de las categorías, la determinación de sus subvariantes y la delimitación de su alcance. Se inicia el proceso, seleccionando y estudiando una muestra homogénea de individuos, hechos o situaciones, para posteriormente, cuando la teoría empiece a perfilarse, ir a una muestra heterogénea, la cual permitirá confirmar o descartar las condiciones que están siendo utilizadas para desarrollar las proposiciones iníciales (Mella, 2003). Esta estrategia metodológica del MCC, acerca a los investigadores a la posibilidad de verificación, sin apartarlos del objetivo central que es la generación de teoría. Valles (1997, pp. 347-348) se refiere a este punto en los siguientes términos: “En el MCC, no hay un intento de verificar la universalidad ni la prueba de causas sugeridas u otras propiedades. El objetivo no es tanto la verificación como la generación de teoría”. Según lo afirmado con relación al muestreo teórico, si el investigador adopta el MCC, no podrá usar otro criterio para fijar el tamaño muestral sino el de saturación y el tamaño deberá ser incrementado hasta que se logre el nivel de saturación. Así, el muestreo teórico no tiene un tamaño definido por cálculos probabilísticos, sino por criterios teóricos de saturación de las categorías investigadas, vale decir, hasta cuando el dato adicional que se recolecta, no agrega información significativa a lo que ya se tiene. Como lo expresa CresweII (1998), el proceso de obtener información en la teoría fundamentada, cuya lógica de obtención de datos corresponde al método de comparación constante, es un proceso en zigzag: ir al campo de observación para obtener datos, analizarlos, ir nuevamente al campo, obtener datos y analizarlos, etc. Dicho en otras palabras, será necesario ir al campo indagativo tantas veces cuanto sea necesario, hasta que la categoría de información sea considerada saturada. CATEGORIZACIÓN Y CODIFICACIÓN Según Rodríguez, Gil y García (1996) estos conceptos se caracterizan de la siguiente manera: la categorización, hace posible clasificar conceptualmente las unidades que son cubiertas por un mismo tópico. Las categorías soportan un significado o tipo de significado y pueden referirse a situaciones, contextos, actividades, acontecimientos, relaciones entre personas, comportamientos, opiniones, sentimientos, perspectivas sobre un problema, métodos, estrategias, procesos, etc. La codificación, en cambio, es la operación concreta por la que se asigna a cada unidad un indicativo (código) propio de la categoría en la que se considera incluida. Los códigos, que representan a las categorías, consisten, por tanto, en marcas que añadimos a las unidades de datos para indicar la categoría a que pertenecen. Estas marcas pueden tener un carácter numérico o visual (colores), haciendo corresponder cada número o color con una categoría concreta, aunque es más frecuente utilizar palabras o abreviaturas de palabras con las que se han etiquetado las categorías. En síntesis, categorización y codificación son, por tanto, actividades que giran en torno a una operación fundamental: la decisión sobre las asociaciones de cada unidad a una determinada categoría. Existen tres procesos diferentes en la elaboración del sistema de categorías: deductivo, inductivo y deductivo-inductivo. En el primero, se parte de un marco teórico para la conceptualización y amplitud de las categorías. En el segundo, se parte de registros narrativos, cuadernos de campo, casettes, etc. y, a partir de ese material, se extraen los rasgos que serán agrupados en función de la semejanza de ciertas características pertinentes al objeto de investigación. En el tercer proceso a seguir para la elaboración del sistema de categorías, se parte de un marco teórico para definir las macrocategorías y, posteriormente, se procede a la elaboración de listas de rasgos extraídos a partir de los registros que se realizan en el contexto natural. METODOLOGÍA Para los efectos de esta investigación se puede decir que metodológicamente se corresponde con una investigación documental y analítica de acuerdo a lo establecido por Arias (2006) por cuanto se recolectó la información directa de las fuentes bibliográficas, sin manipular variable alguna. El autor define como procedimiento científico, un proceso sistemático de indagación, recolección, organización, análisis e interpretación de información o datos en torno a un determinado tema para generar conocimiento. RESULTADOS Con base en las ideas expuestas y en concordancia con lo expresado por Weil, se encontró que se deben considerar los objetivos a alcanzar con la investigación que se desea ejecutar y en virtud de ello plantear la estrategia adecuada y la metodología en correlación con los eventos enmarcados en la investigación. Se determinó que existe un camino a seguir que corresponde al proceso donde la holología es la tendencia científica y la holopraxis la tendencia tradicional. La metodología holística según la vía encontrada comprende dos fases: La primera fase representada por la holología, la cual como ya se ha señalado está vinculada a la tendencia científica y es sustentada por el método científico, cuyos pasos según Arias (2006) se describen a continuación: 1. Observación: consiste en la percepción del hecho o fenómeno. 2. Formulación del problema: se basa en la elaboración de una pregunta o interrogación acerca del hecho observado. 3. Formulación de hipótesis: radica en la producción de una suposición o posible respuesta al problema. 4. Verificación: consiste en someter a prueba la hipótesis mediante la recolección de datos. 5. Análisis: los datos obtenidos son procesados para así determinar cuáles confirman la hipótesis. 6. Conclusiones: es la respuesta al problema, producto de la verificación y del análisis efectuado. El tipo de investigación a realizar en esta fase dependerá de los objetivos, de la fuente de los datos y de la manera de la recolección de los mismos, teniéndose entonces tres opciones: la primera corresponde a la investigación documental, la segunda, a la investigación de campo, y la tercera, a la investigación experimental, descritas brevemente a continuación (Arias, 2006, p. 26), el orden de presentación no implica prioridad alguna, de una sobre las otras. Investigación documental: es un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación de datos secundarios, es decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores en fuentes documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas. Investigación de campo: es aquella que consiste en la recolección de datos directamente de los sujetos investigados, o de la realidad donde ocurren los hechos sin manipular o controlar variable alguna. Investigación experimental: es un proceso que consiste en someter a un objeto o grupo de individuos a determinadas condiciones, estímulos o tratamiento para observar los efectos o reacciones que se producen. La segunda fase representada por la holopraxis, la cual está vinculada a la tendencia experiencial del ser humano (estudio del ser) y es sustentada debido a las características de la recolección de datos en la fenomenología, específicamente en el método fenomenológico, que procede a partir del análisis intuitivo de los objetos tal como son dados a la conciencia cognoscente, a partir de lo cual busca inferir los rasgos esenciales de la experiencia y lo experimentado. Este método no parte del diseño de una teoría, sino del mundo conocido, del cual hace un análisis descriptivo con base en las experiencias compartidas. Representativa de esta fase se tiene la psicología transpersonal, que es un movimiento psicológico no científico que considera que la psicología y la espiritualidad son dos aspectos complementarios del desarrollo humano, por lo que intenta realizar una integración entre la práctica psicológica y principios espirituales, tanto occidentales (el cristianismo, por ejemplo), como orientales (el budismo, el yoga, etc.). Dentro de este campo según Weil (1997) se puede señalar la psicoterapia, la psicosíntesis y el aislamiento sensorial. Los cuales se describen a continuación. La psicoterapia: es un proceso de comunicación entre un psicoterapeuta y una persona que acude a consultar. La psicosíntesis: es una rama de la psicología creada por Roberto Assagioli, psiquiatra, amigo y contemporáneo de Jung. La misma palabra indica que su objetivo es la síntesis de la personalidad, la integración de los distintos fragmentos que nos hacen vivir separados y aislados de nosotros mismos y de los demás, en una unidad dotada de significado. El aislamiento sensorial: consiste en el aislamiento físico del ser con fines de elevación y reflexión sobre su existencia. En el modelo holístico que se ha develado, estas dos fases están unidas mediante una interacción sinérgica, produciéndose una simbiosis que aprovecha y maximiza las cualidades de cada una de los dos ciclos señalados, lo que conduce a la articulación con la generación de teorías, estableciéndose relaciones sinérgicas entre lo empírico, lo lógico, lo racional y lo irracional. Constituyéndose además, la asociación inseparable de lo uno y lo múltiple. Esta integración se soporta en la concepción del hombre expresada por Morin (2001, pp. 61-62), quien describe y comprende al ser humano como un ser complejo y contradictorio. Para Morín el hombre es, entonces, un ser complejo y contradictorio; es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social, histórico. Es decir, forman parte de su esencia la experiencia, las emociones y sentimientos, lo lógico y lo racional así como lo irracional. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana, la que está completamente desintegrada en la visión de la investigación tradicional, a través, de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser humano de manera integral. Por ello esta simbiosis generadora de teorías, infiere una relación sujeto/objeto, en la cual se trata de reintegrar al hombre entre los otros seres naturales para distinguirlo, pero, no para reducirlo. Vislumbrándose una interdependencia entre, sujeto y objeto, los cuales son inseparables y complementarios constituyéndose uno al otro: el mundo está en el interior de nuestro espíritu, el cual está en el interior del mundo. Desvaneciéndose la visión tradicional de la ciencia, donde no existe el sujeto, la autonomía, ni la conciencia (Pasek y Matos, 2006). Esta asociación ha surgido, ante la imperiosa necesidad, de buscar alternativas que ayuden a producir conocimientos, los cuales, indudablemente deben tener la característica de científicos, y comprobado ha sido que la visión racionalista y su método no son el camino más adecuado para la producción científica, pues nos han sumergido en el caos planetario actual, eso se debe a que deja fuera el estudio de la conciencia en el proceso mismo de producción de ciencia. Ya que la ciencia es posible por la existencia de la conciencia, si no existiera la conciencia no se podría producir ciencia (Briceño, Rivas, Ruza y Lobo, 2009). Entonces, aparece la visión holística con su enfoque integral y su articulación con el modelo generador de teorías desde esta perspectiva, abriendo espacios para una nueva ciencia que construye nuevos conceptos para estudiar las experiencias de los organismos con conciencia. Esto incluye, de manera central, la experiencia espiritual humana. Esta nueva ciencia con conciencia percibe el universo no como un conjunto de objetos, sino como una comunidad de sujetos. Manifestándose esta visión como una alternativa para superar los paradigmas dogmáticos y cientificistas, basándose en nuevos principios de comprensión de la realidad: unidad, totalidad, desarrollo cualitativo, complejidad, transdisciplinariedad, espiritualidad y aprendizaje. CONCLUSIONES La indagación reseña la necesidad de situarse en un nivel transdisciplinario que permita concebir, tanto la unidad como la diferenciación de las ciencias, no solamente según la naturaleza del objeto, sino también según los tipos y las complejidades de los fenómenos de asociación u organización (Weil, 1997 y Morín, 1997). Esto implica vincular eventos como la intuición, la imaginación o la creatividad, siempre considerados no-científicos, y por lo tanto rechazados. Como es indicado por Wilber (1994), quien se refiere a los tres ojos del conocimiento: el ojo empírico o de la experiencia sensorial (todos nuestros sentidos); el ojo de la mente o la razón y el ojo contemplativo o del conocimiento trascendental. Como consecuencia de estos tres tipos de conocimiento y, mediante la amalgama de los mismos, se logra el objetivo de esta investigación al definirse y encontrarse una vía del abordaje holístico de lo real, la cual permite la interacción sinérgica entre la holología y la holopraxis que conduce a su articulación con la generación de teorías. Por otra parte, se evidenció que la tendencia científica así como la tendencia experiencial son importantes en el proceso de indagación que conduce a la articulación con la generación de teorías desde una perspectiva holística. Se destaca, además, la importancia que la visión holística de lo real ha adquirido en los últimos tiempos, pues su trascendencia ha sobrepasado sus fronteras originales e influenciado los diversos campos del conocimiento. Enfatizándose, para concluir, que en este mundo, donde la interpretación de la realidad se hace cada vez más compleja y, donde a tantos de los problemas existentes en él, la ciencia tradicional, es decir, el paradigma positivista-cuantitativo no ha ofrecido ni ofrece respuestas y soluciones plausibles, se hace trascendental, visualizar otras formas posibles de abordarlo y, en este contexto es que se inserta el abordaje holístico de lo real y su articulación con la generación de teorías. BIBLIOGRAFIA Barrera, Marcos (2003). Aproximación y aplicación de la holística a la investigación (Memorias de la Segunda Jornadas internacionales de Investigación Holística). Caracas: Editorial Fundación SYPAL. Briceño, Jesús; Rivas, Yasmelis.; Ruza, Ivone y Lobo, Hebert. (2009). Una visión holística del mundo desde la perspectiva de la física. EDUCERE, 44, Mérida, Venezuela. Creswell, J. W. (1998). Qualitative inquiry and research design. Choosing among five traditions. Londres: Sage. 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PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD, MODELOS CIENTÍFICOS Y CONOCIMIENTO EDUCATIVO

El objetivo de este artículo es mostrar los principios epistemológicos sobre los que se apoya el Paradigma de la Complejidad y la Teoría del Caos, así como también contextualizar su desarrollo en el marco del debate epistemológico actual. Este Paradigma aglutina a científicos de diversos campos de conocimiento que insisten en la conveniencia de adoptar nuevos modelos teóricos, metodológicos y, por ende, una nueva epistemología, que permita a la comunidad científica elaborar teorías más ajustadas de la realidad. Teorías que permitan diseñar (modelizar) y poner en prácticas modelos de intervención social, sanitaria, educativa, política, económica, ambiental, cultural, etc.– más eficaces que ayuden a pilotar y regular las acciones individuales y colectivas. Subyace en esta actitud reformista un firme intento de reformar la racionalidad sobre la que la ciencia y la tecnología se han venido apoyando. La reforma del pensamiento en la Ciencia: del Paradigma Mecanicista al Paradigma de la Complejidad En los últimos años se ha reabierto un nuevo frente de discusión en el que participan científicos e intelectuales sobre la necesidad de reformar el pensamiento y el conocimiento. La segunda mitad del siglo XX y, más concretamente, desde los años 50 a los 70, nos legó, a través de la Teoría General de Sistemas de L. Von Bertalanffy, herramientas conceptuales y metodológicas apropiadas para generar un conocimiento fidedigno lo que no quiere decir «exacto de la realidad como un todo organizado en funcionamiento compuesto de múltiples dimensiones y elementos interrelacionados; interpretar la realidad desde esta metáfora implicó una primera ruptura epistemológica de enorme relevancia científica, a raíz de la teoría general de Sistemas, la vocación analítica de la ciencia paradigmática cede paso a la vocación sistémica de una nueva iencia: la Sistémica, aún así, el pensamiento sistémico no desbanca el pensamiento analítico de la ciencia clásica. El Paradigma de la Complejidad aglutina a científicos de diversos campos de conocimiento que insisten en la conveniencia de adoptar nuevos modelos teóricos, metodológicos y, por ende, una nueva epistemología, que permita a la comunidad científica elaborar teorías más ajustadas de la realidad que posibilite, al mismo tiempo, diseñar y poner en prácticas modelos de intervención social, sanitaria, educativa, política, económica, ambiental, cultural, etc más eficaces que ayuden a pilotar y regular las acciones individuales y colectivas. Subyace en esta actitud reformista un firme intento de reformar la racionalidad sobre la que la ciencia y la tecnología se han venido apoyando. Esta actitud reformista afecta indistintamente tanto a las ciencias empírico naturales como a las ciencias sociales y humanas y, en consecuencia, incide asimismo en las Ciencias de la Educación. Los valores epistémicos que motivan esta reforma del pensamiento son, entre otros, los siguientes: (a) conocer para hacer; es decir, combinar los conocimientos teóricos con los de acción; (b) conocer para innovar; o lo que es igual, conocer para crear nuevos conocimientos, más allá del saber técnico aplicacionista; (c) conocer para repensar lo conocido o pensado; es decir, epistemologizar el conocimiento, poner a prueba las categorías conceptuales con las que el científico o el tecnólogo trabajan para hacer inteligible o manipulable la realidad de la realidad que se desea estudiar o sobre la que se desea intervenir. Paradigma de la Complejidad y transdisciplinariedad La vocación analítica de la ciencia positivista genera un saber especializado, reduccionista y fragmentado. Los esfuerzos interdisciplinares, aun cuando nos ayudan a prevenir los excesos de especialización y de compartimentalización del saber, no resultan suficientes para dar cuenta de la complejidad de los fenómenos, sean biofísicos o socioculturales. Es decir, la interdisciplinariedad no resulta una estrategia válida para dar cuenta del entrelazamiento de las múltiples dimensiones sobre las que se organiza la realidad como un Todo, o, lo que es lo mismo, como una unidad interrelacionada (complejidad). Para superar este reduccionismo, el Paradigma de la Complejidad postula la necesidad de organizar el conocimiento científico desde la transdisciplinariedad. La proyección transdisciplinaria de las ciencias persigue como objetivo, siguiendo a Edgar Morin (2001:32 y s.) «no un sector o parcela sino un sistema complejo que forma un todo organizador que operan el restablecimiento de conjuntos constituidos a partir de interacciones, retroacciones, interretroacciones y constituyen complejos que se organizan de por sí. El epistemólogo y físico teórico Basarab Nicolescu, actual director del CIRET, ha precisado aún más esta noción. Por transdisciplinariedad entiende aquellos que se sitúa a la vez entre las disciplinas (interdisciplinariedad), a través de las disciplinas (pluridisciplinariedad) y más allá de las disciplinas (transdisciplinariedad) cuya finalidad es la comprensión del mundo presente a partir de la unidad del cocimiento. Unidad que no opera por reducción, como es lo propio de la Ciencia Positivista, sino integrando y dando cuenta de la pluralidad, de la diversidad, de las propiedades emergentes de la realidad, como evidencia la Teoría del Caos. La necesidad de estrechar nexos entre el conocimiento humanístico y el científico, no sólo en el ámbito educativo, sino en cualesquiera de otras esferas del saver constituye, hoy por hoy, una doble exigencia: cognitiva y civilizatoria. Cognitiva, en la medida que precisamos de teorías unificadas de la realidad humana y su ubicación ene el Universo. Civilizatoria, en la medida en que son numerosos y complejos (dinámicos e interdependientes) los desafíos a los que el ser humano debe necesariamente dar respuesta porque lo que está en juego es nuestra «civilidad». Y nuestro grado de «civilidad» o, lo que es lo mismo, de «eticidad» o «humanización» depende, entre otros, de nuevos conocimientos y valores que nos permitan elevar nuestra autoconciencia y nuestra responsabilidad ante los desafíos del presente y el futuro. Si el gran desafío cognitivo que tiene la comunidad académica es, ante todo, contribuir a edificar ese conocimiento unificado, integral, no reduccionista, el gran desafío ético consiste en la no menos importante tarea de hacer emerger un nuevo humanismo que restaure lo humano en el Cosmos. En esta tarea, la educación, como señalan los documentos e informes elaborados por los científicos del CIRET, entre otros organismos difusores del Paradigma de la Complejidad, en colaboración con UNESCO, adquiere un papel central como herramienta difusora de esta nueva cultura. Caos y Complejidad: nuevos modelos y metáforas científicas En el campo de las ciencias sociales y, con ello, en las ciencias de la educación, comienzan a transferirse toda una constelación de términos, principios y leyes explicativas que vienen siendo empleados por los nuevos modelos científicos derivados de la teoría del caos, la teoría de catástrofes, la geometría fractal, la teoría de la autopoiesis, la teoría de la autoorganización y la teoría de las estructuras disipativas – por citar sólo algunas de ellas para explicar y comprender sus particulares y complejos objetos de estudio. Las analogías, metáforas y préstamos teóricos que reciben hoy en día las ciencias sociales y las ciencias de la educación de las ciencias naturales no constituyen, sin embargo, una excepción si contemplamos la historia evolutiva de estas ciencias, ni tampoco responde a una cuestión de «modas» intelectuales. Este proceso de trasvase sólo se explica, sistémicamente hablando, como un proceso constitutivo propio de los sistemas abiertos que, en este caso, permite la reoorganización y/o consolidación de una disciplina científica o un campo de conocimientos. Como señala Mayntz, R. (2002:65) las disciplinas científicas por más que pretendan configurarse como unidades grupales limpiamente delimitadas, difícilmente logran formar sistemas cerrados desde un punto de vista cognitivo. Al contrario, la historia evolutiva de la ciencia está plagada de casos de cruces transfronterizos y de enriquecimiento recíproco. La visión sistémica o, lo que es lo mismo, relacional, procesual, no lineal o circular (recursividad) unida a los nuevos principios científicos que explican la emergencia de estructuras nuevas o más complejas (orden) a partir de lo imprevisible o aparentemente aleatorio (caos), permiten explicar y comprender –aplicando esta nueva escala– aquellos fenómenos dinámicos (sistemas dinámicos) que ocurren en el mundo real natural o social. Teoría del caos y Paradigma de la complejidad constituyen los actuales modelos científicos transdisciplinares de los que se nutren teóricos de diversas áreas científicas, desde la Física, la Química, la Neurofisiología, la Biología y la Medicina hasta el Derecho, la Sociología, la Economía y la Pedagogía para aproximarse a sus respectivos objetos de estudio. Desde el punto de vista aplicado, la existencia de softwares adecuados (p.e.: Chaos Data Analyzer Profesional) permiten descubrir posibles comportamientos caóticos que pueden originarse tras la modelización e implementación de un determinado programa o modelo (p.e.: pedagógico) mediante el empleo de la metodología basada en el análisis de sistemas: Modelización y Simulación. Un ejemplo de aplicación de la Teoría del Caos en Pedagogía nos la ofrecen Rius Lozano, M. et al (2002) y su equipo de investigación. El estudio, enmarcado en el Proyecto Transdisciplinar «La Teoría del Caos y sus aplicaciones a la evolución, autoorganización, predicción y control de sistemas complejos naturales y sociales», aplican la Teoría del Caos y el Análisis Sistémico (Paradigma de la Complejidad o Paradigma Sistémico) como metodología de análisis (conceptual y estadístico) para analizar la influencia del sistema educativo y de un programa de educación para la salud diseñado por los investigadores en el comportamiento respecto a la salud de jóvenes escolares de segundo ciclo de Secundaria. Frente a la visión analítica y mecanicista de la ciencia clásica positivista, preocupada por observar y explicar una sóla dimensión de la realidad biofísica, psíquica o social, la nueva ciencia que inaugura el Paradigma de la Complejidad proyecta una visión unificadora de la naturaleza y la sociedad. Unificación que excluye toda pretensión reductora, como hizo la ciencia positivista, para lograrla a partir de la integración de todos los elementos y dimensiones que constituyen la realidad u objeto a analizar. La vocación multidimensional e integradora del Paradigma de la Complejidad localiza y establece puentes entre los distintos niveles de organización del sistema (ley sistémica de la totalidad) generando enfoques integrados del conocimiento (Núñez Cubero, L. y Romero Pérez, C.:2003:132 y ss.). Esta nueva forma de pensar y hacer ciencia desde la Complejidad y el Caos implica, entre otras, las siguientes características definitorias: -Analizar la complejidad o, lo que es igual, indagar las relaciones dinámicas del todo con las partes y las relaciones dinámicas entre azar (indeterminado) y necesidad (determinado, probabilístico). El todo o «sistema», como nos enseñó la Sistémica, implica algo más que una magnitud4, sino como una estructura diferenciada, con identidad (autonomía) propia que responde a un tipo de organización en funcionamiento y en relación específica. Esta estructura o sistema estaría compuesta por elementos interrelacionados que actúan y retroactúan en el interior del sistema en un flujo dinámico haciendo funcionar al sistema, transformándolo por los intercambios con el medio (entorno del sistema). -Analizar lo caótico, es decir, el comportamiento impredecible del sistema pero que responde, no obstante, a un orden subyacente. No debe olvidarse que caos no es desorden, sino aparente desorden manifiesto que, sin embargo, responde a un orden latente. Los sistemas caóticos implican una dependencia sensible a las condiciones iniciales5 y son aperiódicos, por lo que resulta difícil predecir su trayectoria o evolución. Descubrir el comportamiento caótico del sistema o ese orden subyacente es el objetivo de la Teoría del Caos. Descubrir los atractores o focos activos de los sistemas, sean físicos o sociales, las fluctuaciones, la fractalidad, la coevolución de distintos sistemas, etc. son entre otros, dimensiones de la realidad que es posible conocer mediante esta teoría y este nuevo Paradigma Científico. Mediante el Paradigma de la Complejidad nos aproximamos a una nueva forma de pensar la realidad. Si la ciencia mecanicista aspiraba al conocimiento de lo universal, la ciencia de la complejidad aspira al conocimiento de la diversidad y lo particular. Frente a una ciencia dualista, el Paradigma de la Complejidad se estructura sobre presupuestos no dualistas que reconoce diferencias de procesos de naturaleza diferente bio físicos, psicosociales y socioculturales integrados en un sistema o todo organizado en funcionamiento. Frente a una ciencia reduccionista y monolingüe, el Paradigma de la Complejidad nos exhorta a construir una ciencia integradora, políglota, y, por tanto, inter y transdisciplinar. Frente a una ciencia que excluye la aleatoriedad, las bifurcaciones y fluctuaciones, en definitiva, el tiempo y, con ello, la irreversibilidad, el Paradigma de la Complejidad los incorpora y, con ello, la capacidad evolutiva y posibilidades transformado ras de los sistemas. Frente a la visión entrópica de la realidad, se opone, en el Paradigma de la Complejidad, la visión sinérgica de la misma. Frente al monismo científico de la ciencia paradigmática Ciencia analíticomecanicista, el pluralismo metodológico del Paradigma de la Complejidad. Referencias bibliográficas BATESON, G. (1993): Una unidad sagrada. Pasos ulteriores hacia una ecología de la mente. Barcelona, Gedisa. CASTILLEJO, J.L. y COLOM, A.J. (Eds.) (1987): Pedagogía sistémica. Barcelona, CEAC. COLOM CAÑELLAS, A.J. 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JAN CHRISTIAAN SMUTS



(Bovenplaats, actual Sudáfrica, 1870-Irene, id., 1950) Militar y político sudafricano. Hijo de granjeros de raíces mayoritariamente holandesas, pasó la infancia en Sudáfrica hasta su ingreso en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), en 1891. Como estudiante de derecho, destacó rápidamente, y se graduó con el número uno de su promoción. De regreso en su país natal en 1895, se sintió atraído por la política. Contrajo matrimonio con Isie Krige, y en 1898 fue nombrado abogado del Estado. Durante la guerra de los bóer. Finalizado el conflicto, con su aliado político Louis Botha llevó a cabo numerosas manifestaciones públicas a favor de un mayor autogobierno de las antiguas repúblicas. Cabe citar en el haber de Smuts importantes avances en dicho sentido, como las concesiones en materia autonómica otorgadas a la provincia del Transvaal en 1906, y a la Unión Sudafricana en 1910.
Tras abordar en compañía de Botha un vasto proceso de reunificación nacional, en 1917 fue requerido por el primer ministro inglés Lloyd George para participar, en su condición de súbdito británico, en el conflicto bélico europeo con el cargo de ministro del Aire. Poco después de su retorno a Sudáfrica, la muerte de Botha lo propulsó al cargo de primer ministro. Tras ser derrotado por una coalición de nacionalistas y laboristas, en 1933 se adjudicó nuevamente las elecciones en compañía de J. B. M. Hertzog, con quien luego mantuvo fuertes discrepancias respecto a la participación de Sudáfrica en la recién iniciada Segunda Guerra Mundial.
Tras una apretadísima votación en el Parlamento, Smuts fue ratificado como primer ministro y en 1939 el país declaró la guerra a Alemania. Partícipe en la conferencia de San Francisco, en la que se redactó la Carta de las Naciones Unidas, en las elecciones de 1948 fue derrotado por el Partido Nacionalista de D. F. Malan. 

EDGAR MORÍN



Es un filósofo y sociólogo francés de origen judeo-español (sefardí). Nacido en Paris el 8 de Julio de 1921, su nombre de nacimiento es Edgar Nahúm. Con una infancia caracterizada por la enfermedad, Morín empezó a ser un chico entusiasta de la lectura y aficionado al estudio, a la aviación y al ciclismo. Comenzó su labor filosófica con la lectura de los diversos representantes de la Ilustración del S. XVIII. Se vinculó al socialismo gracias al apoyo del Frente Popular  y al gobierno republicano español en la Guerra civil Española . En 1940 huye a Tolouse cuando se enteró de la invasión de la Alemania nazi y se dedicó a ayudar a los refugiados y a la vez a profundizar en el socialismo marxista, Toma parte en la resistencia y se une al Partido Comunista Francés en 1941, siendo perseguido por los miembros de la Gestapo. Participó en la liberación de Paris (agosto de 1944) y al año siguiente, se casa con Violette Chapellaubeau, y se van a vivir en Landau in der Pfalz, en calidad de teniente del Ejército Francés de Ocupación en Alemania. En 1983 , fue condecorado con la orden de la Legión de Honor y a mediados de la década de 1980, ya vislumbra los cambios en el régimen soviético de Mijaíl Gorbachov.